info@menteforense.com
+34 690 100 199

Blog de Mente Forense

menteforense abuso influencia

El abuso de influencia

Nuestra necesidad de creer nos hace vulnerables

Las personas necesitamos creer en aquello que pensamos que es importante para nosotros, aquello que llena nuestra vida de ilusión, que define nuestros objetivos, que nos hace sentirnos importantes, necesitados, amados y respetados. Esta necesidad de creer, de afecto, de protección, de compañía, etc. es la que nos convierte en ocasiones en personas vulnerables a la manipulación y al abuso de influencia por parte de otras personas.

Todos pasamos por etapas en las que podemos ser vulnerables como una enfermedad, una separación, la vejez, o la pérdida de un puesto de trabajo. Estas situaciones alterarán nuestra forma de afrontar los problemas debido a la debilidad emocional por la que estamos atravesando. Es en estos momentos cuando pueden aparecer personas a nuestro alrededor que sean conscientes de nuestra debilidad y no tengan ningún remordimiento en sacar algún tipo de provecho de la situación.

Las personas manipuladoras y abusadoras pueden ser tanto profesionales oportunistas de la estafa y el engaño, como personas que ocupen una especial posición de confianza con la víctima. Incluso sin entrar en una fase de debilidad emocional, las personas con las que la víctima se encuentra en constante interacción en la vida diaria, pueden convertirse en alguien que busque un beneficio propio y darse así la situación de abuso de influencia. Es por ello que cualquiera de nosotros podemos ser víctimas de este tipo de abuso si se dan las circunstancias adecuadas.

¿A qué se le llama abuso de influencia?

Existen muchas y diversas situaciones de abuso de influencia. A modo de ejemplo podemos imaginar a un médico que sugiere a su anciano paciente que le regale algo que perteneció a su fallecida esposa, o que contrate un tratamiento de dudosa eficacia adquiriendo su consentimiento, o un asesor financiero que convence a su cliente para que contrate un producto financiero que no entiende, o un familiar joven que persuade a otro de más edad para que le nombre heredero universal, dejando así al margen de la herencia a otros familiares.

Este tipo de sucesos suelen ser no observables a primera vista, suelen ocurrir en la intersubjetividad de la persona y, en la mayoría de los casos en ausencia de testigos, por lo que son difíciles de detectar. En psicología forense diríamos que:

El abuso de influencia es la improcedente persuasión que un individuo lleva a cabo sobre otro, aprovechando la relación establecida entre ambos basada en la confianza y credibilidad, que provoca que éste tome decisiones en beneficio de aquél.

En este tipo de problemas no tiene porque darse una enfermedad o trastorno, si bien en numerosas ocasiones las víctimas pueden padecer un cierto deterioro cognitivo a causa de su edad, sino que el abuso de influencia es un problema relacional en el cual el abusador se aprovecha de determinadas circunstancias como desconocimiento, confianza o dependencia, y utilizando estrategias como el miedo, el aislamiento o la culpa, presionará a la víctima para que tome decisiones en su beneficio.

Consecuencias de sufrir abuso de influencia

Las situaciones anteriormente mencionadas como abuso de influencia, pueden producir en la víctima patologías físicas y mentales. Imaginemos el cuidador que desatiende a la víctima, porque ésta no cede a sus peticiones, hasta tal punto que esta sufre una “accidente” como puede ser una caída. O el familiar que aísla a su víctima del resto de familiares y amigos y ésta cae en una depresión por el aislamiento social que sufre, deteriorando la misma depresión con el paso del tiempo sus capacidades cognitivas.

En los últimos años la psicología jurídica ha definido distintas formas de relación entre las personas que provocan un deterioro social, físico y psicológico en uno o varios miembros del conjunto relacional. El manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades (DSM-IV) define de forma genérica estos problemas de relación como “patrones de interacción entre miembros de una unidad relacional que están asociados a un deterioro de la actividad clinicamente significativo, o a síntomas de uno o más miembros de la unidad relacional, o a deterioro de la unidad relacional misma. Se incluyen los siguientes problemas de relación, porque con frecuencia son objeto de atención clínica por parte de los profesionales de la salud”.

En cuanto a su tipología el mismo manual refiere que “estos problemas pueden exacerbar o complicar el tratamiento de un trastorno mental o de una enfermedad médica en uno o más miembros de la unidad relacional, pueden ser el resultado de un trastorno o de una enfermedad médica, pueden ser independientes de otros trastornos presentes, o pueden aparecer en ausencia de cualquier otro trastorno”. (APA, 1995 pág. 696)

REFERENCIAS

J.M., Aguilar (2015). El abuso de influencia. Ed.: Almuzarra (Córdoba)