Evaluación y peritación de casos de acoso escolar
El acoso escolar o bullying es un tipo de comportamiento agresivo, repetitivo y sistemático al que un alumno se encuentra sometido por parte de uno o más compañeros (Olweus, 1993). Es una de las formas de violencia más comunes y extendidas en el contexto escolar (Coreia y Dalbert, 2008) que implica una relación asimétrica de dominio-sumisión, caracterizada por un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima.
El acoso si es frecuente y sistemático puede producir un daño psicológico en las víctimas que sufren el acoso y la violencia escolar. La función de la evaluación psicológica forense en estas situaciones busca establecer indicadores para medir las conductas de acoso escolar en la víctima, así como posibles secuelas psicológicas y psicosomáticas, y de esta forma poder indemnizar por el daño ocasionado a la víctima. Además la evaluación y acreditación de la situación de acoso puede detener las conductas de acoso desde sus inicios, evitando que la violencia aumente y que se cause un daño psicológico postraumático permanente en el niño acosado.
En la víctima se suelen dar comportamientos derivados del acoso como retraimiento, dejar de salir con los amigos, pasar mucho tiempo aislado en su habitación, estar más sensible, tener problemas de sueño, cambios en el apetito, etc. En muchos casos las víctimas no cuentan a sus padres nada sobre lo que están viviendo en la escuela, mientras sufren en silencio porque están solos y excluidos del grupo, sintiéndose cada vez más deprimidos, infelices e inseguros. Es muy importante intervenir en cuanto antes, ya que una vez se inician las conductas de acoso, si no son frenadas aumentan rápidamente, éstas atraen a otros alumnos que apoyan ciegamente al hostigador hasta que la única salida para la víctima de este calvario es, lamentablemente, el cambio de centro escolar.