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La ruptura de la pareja y los diferentes tipos de comunicación

Siete tipos de comunicación en la ruptura de la pareja

La separación que conlleva la ruptura de la pareja, implica siempre un cierto nivel de conflicto, pero éste será mayor o menor en función de como hayan llegado las parejas a tomar la decisión de separarse. Algunas parejas deciden separarse en fases muy avanzadas del conflicto, son parejas que se han ido separando poco a poco y finalmente llegan al punto y final de su matrimonio.

Otras, a pesar de haber tenido una buena comunicación, haber expresado de forma adecuada sus necesidades y deseos, y haber escuchado los de su compañero/a, y habiendo realizado varios intentos para llegar a esa relación equilibrada tan buscada, tampoco lo han logrado, llegando finalmente a la conclusión de que lo mejor para la familia es la ruptura de la pareja.

Y otras, desde el inicio de la relación mantuvieron un conflicto constante, viviendo su matrimonio como una lucha continua en la que arrastraban a todos sus miembros, acabando dicha lucha finalmente con sus fuerzas y con su matrimonio. En ocasiones, incluso después de la separación, continúa la lucha debido a la gran carga de sentimientos negativos que conlleva este tipo de relación.

La psicóloga inglesa Lisa Parkinson (1987) estableció siete diferentes tipos de pareja en función de su comunicación cuando la relación está ya a pocos pasos de llegar a la separación. Aquí los comento brevemente.

1. La pareja “semi-desligada”

Es aquella en la que ambos llevaban ya desde hacía tiempo vidas separadas, evolucionando a nivel personal cada uno por su cuenta, y en general con un bajo nivel de conflicto. Sin embargo una vez separados pueden aparecer problemas relacionados con la custodia o con el régimen de visitas, que podría indicar la presencia de vínculos emocionales no resueltos.

2. La pareja a “puertas cerradas”

Estas parejas que evitan todo tipo de confrontación, se refugian para protegerse tanto física como psicológicamente detrás de un silencio que significa que no están de acuerdo, que todo está mal. Este silencio indica rechazo, ira o frustración y tras él se ocultan sentimientos de apego, dolor profundo y miedo al abandono. Los niños lo identifican muy rápido y pueden heredar fácilmente este patrón de comportamiento.

3. La pareja de “enganche tenaz”

Un cónyuge quiere terminar con la relación, mientras que el otro hace todo lo posible por evitarlo utilizando estrategias como el chantaje emocional en forma de intentos de suicidio o autolesiones. Esto genera que el que deja vuelva a la relación, pero esta durará solo un tiempo y de nuevo se volverá a romper, causando más dolor aún a la persona que es dejada. Otros autores describieron también esta situación, entre ellos Jones (1987) la describió como el “síndrome del esposo ambivalente”.

4. La “batalla por el poder”

Uno de los cónyuges puede sentir que durante los años que ha durado su matrimonio ha perdido más que el otro, e iniciar por ello una lucha para desequilibrar el reparto de poder en la separación. Para ello puede culpabilizar al otro, utilizar a los hijos, o explotar ventajas legales en el Juzgado.

5. La “confrontación abierta”

Se da en aquellas parejas, que se descubren a si mismas enfrentándose de manera completamente inusual en ellas, usando la humillación y otros tipos de agresión verbal como herramienta en la lucha a la que han llegado debido a los altos niveles de conflictividad. Se sienten avergonzados por la nueva faceta que descubren de sí mismos, conmocionados y humillados por su comportamiento, pero al mismo tiempo son incapaces de controlar sus reacciones.

6. Los “conflictos enredados”

Estas parejas parecen estar realizando un gran esfuerzo emocional intentando que la lucha continúe. A toda propuesta de solución le encuentran el lado oscuro, utilizándola incluso como nueva brecha de conflicto. Cuando las cosas se calman siempre hay algo que reaviva el conflicto. Se resisten a encontrar y aceptar soluciones, al mismo tiempo que rechazan la ayuda legal y psicosocial.

7. Violencia doméstica

Uno de los cónyuges, normalmente la mujer, es maltratado física y/o psicológicamente por el otro cónyuge. Las agresiones y amenazas continuas hacen que el cónyuge maltratado se encuentre en un estado de miedo constante que dificulta su capacidad para llevar a cabo los pasos necesarios para terminar con la relación de forma definitiva. Esta situación se puede mantener durante años, e incluso una vez finalizada la relación y tramitada la separación por la vía judicial.

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