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La ansiedad y el estrés derivado de las TICs en el trabajo

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¿Afectan las tecnologías de la información a nuestra salud mental? La ansiedad y el estrés derivado de las TICs alertan de la necesidad de psicoeducación.

Con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, las llamadas TICs, llegan nuevos problemas para nuestra salud mental como la ansiedad y el estrés. Más allá de eximirnos de nuestras responsabilidades en el mundo “real”, la existencia del mundo virtual puede ser origen de otro estrés que se suma a nuestro estrés cotidiano. El nuevo estrés se le ha denominado de diferentes formas; tecnoestrés, síndrome de fatiga informativa o estrés digital. Todos estos términos, por resumirlos de alguna manera para hacer más fácil su comprensión, se refieren a un padecimiento del mundo moderno, que es debido a un estado de ansiedad en las personas que resulta de los “compromisos” que ésta mantiene con el mundo virtual por motivos laborales o personales. Surge así la ansiedad ante las nuevas tecnologías.

Valoramos los medios tecnológicos en función de su contenido o de su uso, considerando que el contenido de un medio es más importante que el medio en sí para influir en nuestros actos y pensamientos. Asumiendo que en función del uso que hagamos de un medio tecnológico concreto, sus consecuencias serán positivas o negativas. Para investigadores como McLuhan, los medios tecnológicos además de ser canales de información que proporcionan material a nuestro pensamiento, también modelan nuestro proceso de pensamiento. Por lo que más allá del modo en que utilicemos un medio tecnológico, el mero hecho de usarlo ya nos transforma.

«El tránsito de la página a la pantalla no se limita a cambiar nuestra forma de navegar por un texto. También influye en el grado de atención que prestamos a un texto y en la la profundidad en la que nos sumergimos en el mismo»  

Nicholas Carr

El tecnoestrés y la adicción a las nuevas tecnologías

Si bien somos todos conscientes de que las TICs suponen un avance en nuestra calidad de vida, debemos también ser conscientes de que el aumento de los niveles de estrés laboral, asociado al avance y desarrollo de nuevas tecnologías ejercen una presión y nos imponen un ritmo que nos obliga a estar “actualizados” continuamente para dominarlas de forma que trabajar con ellas suponga un mayor rendimiento para la empresa. El problema surge cuando la presión es difícil de superar para las personas.

La presión puede darse por un aumento continuo de la capacidad de los procesadores informáticos, de los cambios en los procesos informáticos, de las interrupciones que sufre el empleado continuamente por algún tipo de sistema tecnológico, o simplemente por su incomodez o inseguridad con las nuevas tecnologías.

Debido a que el avance en el uso de las TICs es una realidad en muchas empresas, los trabajadores deberán enfrentarse a ellas antes o después. La repuestas de cada persona ante esta nueva situación pueden ser muy diversas, ya que pueden ir desde un rechazo total, como sería la tecnofobia, a una adicción a las mismas, la tecnofilia. Entre estos dos extremos se encontraría también la correcta adaptación, que es lo que se suele buscar al implementar nuevas tecnologías en los puestos de trabajo.

En los casos en que las personas se sientan amenazadas por las TICs, su uso les provocará ansiedad, y si no se toman medidas para afrontar dicha ansiedad de forma adecuada, la persona puede sufrir tecnoestrés o estrés digital. Si por el contrario la tecnología se vuelve adicción, acabará siendo también dañina para el que la sufre y para las personas que le rodean, ya que le impedirán disfrutar de su vida personal y familiar.