Evitar la victimización secundaria a mujeres que sufren violencia de género
La violencia que se ejerce contra las mujeres en el ámbito familiar (también conocida como violencia de género) es considerada una forma de discriminación y, por tanto, una violación de los derechos humanos (Naciones Unidas, 2006).
La violencia de género contra la mujer en las Islas Baleares es un problema cada vez más grave para la sociedad, al mismo tiempo que es un problema complejo debido a que las consecuencias que sufren las mujeres que sufren este tipo de violencia a menudo hace que se bloqueen, se enganchen, transformen su forma de pensar, sentir y comportarse con ellas mismas y con los demás.
Estas consecuencias psicológicas se corresponden con el Síndrome de la Mujer Maltratada (SIMUM) que se define como “Alteraciones psíquicas y físicas y sus consecuencias por la situación de maltrato permanente: incluye síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEP), estado de ánimo depresivo/depresión mayor, rabia, autoculpa, baja autoestima, ansiedad generalidad, dificultad para establecer relaciones, quejas somáticas, disfunciones sexuales, conductas adictivas, distorsiones de la memoria, síndrome de Estocolmo doméstico” (Lorente, 1998; Dutton, 1993 y Walker, 1989) .
La intervención con las víctimas está orientada a desbloquear los mitos y falsas creencias sobre la violencia de género que algunas personas asumen como verdaderos y que son un obstáculo para la intervención ya que las induce al errores como que se culpabilicen de la violencia que sufren, que justifiquen dicha violencia, la minimicen y la consideren como normal, haciendo que la salida dicho círculo vicioso sea difícil.
En ocasiones la inadecuada atención que recibe una víctima al entrar en contacto con el sistema judicial puede provocar una revictimización en distintos momentos del procedimiento y por parte de diferentes personas que no están familiarizadas con éste fenómeno psicológico. Me refiero a procedimientos que se llevan a cabo de forma posterior al delito como por ejemplo realizar diferentes declaraciones en las que la tiene que explicar los hechos, algo que provoca que la víctima reviva las situaciones de violencia. Existe un informe psicológico denominado “Credibilidad del testimonio” que evita en gran parte está situación.
Para dar un servicio adecuado es necesario el esfuerzo y la contribución de todos los y las profesionales que tratan con la víctima (médicos, policías, abogados, jueces, etc.), aportándoles información en cuanto a la situación psicológica de la víctima y al mismo tiempo recogiendo información que sea importante para la víctima y trasladársela de forma adecuada, haciendo así que el impacto psicológico de ciertas informaciones quede amortiguado. Cada víctima es diferente por lo que la atención personalizada es fundamental.